27.12.12

De cómo Mick Jagger me robó la Navidad

   




Premio al que haya adivinado que estoy de exámenes. Estas últimas semanas he llegado a un estado medio letárgico en el que he estado prácticamente negando una existencia inmediata de los finales. Porque claro, son en enero y aún es 2012. La cosa es que quedan unos tristes cuatro días para que empiece a entrarme el pánico e intente resolverlo haciendo la croqueta por la biblioteca mientras me lamento por las esquinas inyectada de café y RedBull hasta las cejas. Pocos días antes de que esta atmósfera pre-exámenes empezara, la cosa seguía de lo más normal: por el día, Universidad, y por la noche, hervir la sangre de mis prehistóricos vecinos por aporrear ya sea la guitarra, la armónica o el teclado a horas de batín y pantuflas. Al día siguiente esperaba que me perdonaran al recordarles un "Es Navidad" en nuestros encuentros por las escaleras. No funcionó.

Y hablando de gente vieja, los Rolling han dado ya por finalizada esa mini gira que habían empezado casi a regañadientes por contrato. Fue hace unas noches en Nueva York con Bruce Springsteen, que se apunta a un bombardeo como si no tuviera nada que hacer con los catorcemil ochocientos dos conciertos que tiene que dar, y con Lady Gaga, que ha levantado polémica porque nadie sabe si iba vestida de paso de cebra, de efecto Doppler o si es que la habían atropellado por el camino. Creo que Keith Richards ya hizo su apuesta en el bar de al lado. Lo que sigo sin entender es el alto precio de las entradas, como si les hiciera falta. Keith tiene Jack Daniels para aburrir y Mick Jagger ya le roba las chaquetas a Elton John. 

Lo que les pilló desprevenidos fue The Concert for Sandy Relief, un concierto benéfico al que no pudieron decir que no pero del que se fueron a los diez minutos después de que Mick casi se matara nada más empezar por un tropezón tonto mientras saludaba. Se rumorea que Morritos Jagger decía que al día siguiente tenían que dar otro concierto y que le dejaran, que no le daba tiempo a aplicarse su crema reafirmante de noche. Por suerte llegaron a animar la fiesta un Roger Daltrey descamisado tarareando "teenage wastelaaaand" como si tuviera 40 años menos y Paul McCartney con una gorra de marinero subido al escenario con bomberos y parte de seguridad del recinto, como una reunión de antiguos fans de los Village People.

Más cosas. Hace unos días murió Ravi Shankar, el músico indio que influenció a Brian Jones y George Harrison, entre otros y yo sigo sin tener mi ansiado sitar ni idea de tocarlo, pero eso es otra historia, y Neal Morse es el único que se porta bien anunciando conciertos en España. Los que también se pasaron por aquí fueron Jim Jones Revue y Patti Smith, cuyas crónicas estaba demasiado cansada para volver a escribir pero que podéis leer aquí y aquí si, como David Bowie, no tenéis nada que hacer. 

Así, con una gira acabada y sin fechas próximas para una siguiente, los Rolling han decidido volver al sofá en Navidad, dejándome una vez más con cara de Hugh Grant. Aunque según Keith Richards, espera seguir la gira en 2013, pero quién sabe si lo harán como les salga del pie como los conciertos de París. Solo me queda esperar, desde mi búnker de apuntes, que sean benévolos con las fechas. Me pregunto si a ellos les valdrá eso de "Es Navidad".