6.1.14

Elvis se va de fiesta con Chimo Bayo



 




Un vinilo de los Beach Boys resuena amortiguado por toda la sala; Elvis, con su guitarra y tupé de superhéroe, se contonea al fondo del pasillo. Mientras, los Beatles saludan bajo unos focos de luz y Chimo Bayo mete caña en el piso de abajo. Y os puedo asegurar que ni me he drogado ni he robado un DeLorean.

Este es más o menos el ambiente que se cuece en la exposición Ídolos del Pop, en el MuVIM. En un momento estás contemplando portadas de vinilos y revistas con la cara de Little Richard impresa a punto de plantearte comprar una armónica y un bote de gomina, y al momento coges el ascensor y te plantas en plena Ruta del Bakalao, rodeado de luces y ostentosos conjuntos mientras esperas que en cualquier momento una bandeja llena de pastillas pase por tu lado. A todo esto se añaden maniquís con ajustados pantalones confeccionados para dejar estéril a su portador o Barbies engalanadas con los conjuntos de diva de un Bowie setentero. 

Ya se hizo en Valencia hace poco más de un año una exposición que alababa la cultura pop, aunque acotada en el ambiente americano, en el rock and roll de los años 50 y la posterior evolución musical de los 60. Y ambas, las veces que me he dejado caer por ahí, estaban más vacías que un depósito de combustible de Ryanair. Una pena, aunque así es posible babear a gusto, ajeno a miradas indiscretas. Aquí, una visión en storify



22.12.13

Phil Collins la lía


Phil Collins ha decidido que es el momento adecuado para revolucionar un poco el panorama progresivo a nivel mundial. Nuestro calvo favorito no ha sido nominado para formar parte del Rock and Roll Hall of Fame como el que fuera su antecesor en Genesis, pero ha conseguido más atención que Peter Gabriel, que ha pegado un acelerón de última hora, como Paul Walker.

El caso es que el legendario batería, tras haberse retirado alegando problemas de salud, ha resurgido de los calabozos del prog como una rosa y ha anunciado una posible reunión de Genesis y un disco nuevo en solitario. Lo que es 'hacer un David Bowie' en toda regla. Eso sí, sin Steve Hackett, que ya anda por ahí haciendo sus giras y sus cosas como un lobo solitario. La cuestión es si Peter Gabriel, el que fuera cantante de Genesis, se apuntaría a esta reunión de antiguos alumnos para llevar, literalmente, la voz cantante. Según él, no es una de sus prioridades, pero básicamente ha dicho que hay que aprovechar antes de que se muera alguno, lo que por desgracia suele pasar con las bandas jurásicas estos días.

Por otra parte, Neal Morse, que parece incapaz de dejar de hacer cosas, vuelve a la carga con lo nuevo de Transatlantic. El súpergrupo de Morse, Roine Stolt, Pete Trewavas y el adicto a twitter, Mike Portnoy, ha estrenado vídeo, single y fechas para conciertos. Vuelven a venir a España casi por las mismas fechas que la última vez, más puntuales que la regla en un anuncio de compresas. Mientras llega Kaleidoscope, el nuevo disco, he aquí las pruebas de mi presencia en su paso por Madrid del año pasado, como un capítulo recopilatorio. 





1.11.13

"Arcade Fire se apuntan al baile". A Bowie le gusta esto


Arcade Fire y su Reflektor han aterrizado antes de lo esperado. Siendo el 29 de octubre su fecha oficial de publicación, el grupo pensó que sería una buena idea trollear sorprender a los fans colgando su nuevo álbum en Youtube días antes del lanzamiento. Y los primeros que lo escucharan descubrirían unos Arcade Fire más bailables de lo normal. La banda canadiense ha decidido inclinarse esta vez hacia una pendiente más divertida y fiestera con un disco caracterizado por unas canciones a las que les importa más hacer moverse por la pista al que las escucha que profundizar en el mensaje de sus letras. Algo en un lado más alejado que Neon Bible o The Suburbs.

Reflektor es un álbum mucho más rico que un simple salto a lo disco o lo funky, aunque en ciertos momentos dé impresión de pastiche barroco. Es fácil pensar en sonidos Bowie o de marca Depeche Mode.
Y hablando de David Bowie, al que fuera Ziggy Stardust le ha emocionado el nuevo trabajo de Arcade Fire y se ha colado en los coros más álgidos del primer single que da nombre al disco, 'Reflektor'. Incluso bromeó con "robarles la canción" de lo mucho que le gustaba. Desde que el Duque Blanco ha vuelto a la escena pública anda con mucha chispa.

El espíritu del baile y las ganas de fiesta que comentaba antes se ven enseguida con 'We Exist', al poco de arrancar el disco. Su ritmo decorado con sintetizadores me evoca a un Travolta setentero con pantalones de campana y gomina y brillantina hasta en las cejas. Eso sin contar el tío cubierto de espejos del videoclip de 'Reflektor', que parece un x-men. Es con 'Flashbulb Eyes' donde se les va la mano, con una innovación que sobrepasa los límites de los pobres ilusos que esperaban un disco que siguiera la línea del single. Y aquí se reúnen el disco, el reggae, un ritmo "tropical" que se descubre en el trasfondo del álbum.
Para seguir con el popurrí, el rock y unos toques punk no podían faltar. 'Normal Person' arranca fuerte, simple y adictiva. Un poco del rock de siempre, con estribillo y guitarras en lo más alto, que nunca viene mal. En cuanto al punk que se ha colado en Reflektor, 'Joan of Arc' es la que se queda con este toque en su intro. Ninguna de las dos tiene desperdicio, ambas por el terreno más convencional. Bastante parecen haberse contenido para no meter más tambores por aquí. 

Antes de entrar a las siguientes, resaltar que la portada del disco es el mito de Orfeo y Eurídice, plasmado en escultura de la mano de Rodin. Quizá por eso las siguientes piezas, que nombran a los dos personajes de la mitología griega, puedan calificarse como las "centrales" del álbum. 'Awful Sound (Oh Eurydice)', que arranca con el sonido africanizado de los tambores marcando el ritmo, y que se alarga suave y ecléctica, engalanada con coros de fondo, hasta los 6 minutos. Muy dulce y muy agradable a la escucha. En la otra parte del Yin y el Yang, tras el brusco corte de 'Awful Sound', tenemos 'It's Never Over (Hey Orpheus)', que arranca ya más electrónica.

Arcade Fire ha jugueteado con las nuevas tecnologías y los nuevos sonidos como ya varios artistas este año, que solo falta que lancen singles al grito de tonto el último. El resultado final (donde no ayudan mucho las letras algo dejadas) no es algo demasiado novedoso en el panorama musical actual, pero sí un punto de inflexión para ellos y unos nuevos aires, con los que se arriesgaban a darse el hostión contra el suelo, a los que han sabido dar una buena dirección. 

18.10.13

Paul McCartney saca disco y se entretiene haciendo conciertos sorpresa



Digamos que, en su nuevo disco, Paul McCartney ha decidido coger un poco de aquí y otro de allá. En general, no podían faltar las, ya marca de la casa, melodías pegajosas e imposibles de arrancar de la cabeza, con esa aura beatle que desde siempre ha perseguido al sir, quiera o no. Eso en cuanto a forma y melodía. Es en los arreglos donde nuestro septuagenario favorito ha decidido desmelenarse echando mano de sonidos contemporáneos y bastantes guiños electrónicos. Me lo imagino con las gafas de sol y una gorra puesta del revés. "Ya tengo esta acústica, Giles, aún soy joven. Anda, sé buen productor y acércame esos sintetizadores. A tu padre no tenía que repetirle estas cosas". Y así.

Dejando a un lado la faceta de Phil Dunphy padre moderno del señor McCartney, New es un álbum que engancha y que remarca al ex beatle como uno de los mejores compositores de nuestros tiempos. Suena contemporáneo y nostálgico a la vez, innovador y clásico. Además de una variedad que engloba pop, rock acústico o toques electro, Paul ha sabido recuperar sus raíces y adaptarlas a un sonido que nació cuando él ya había sido coronado divinidad pop.

'New', 'Everybody Out There' y 'Save Us' fueron las primeras en salir del álbum para pasar al directo, como ya comenté en el anterior post. Ya sabéis, la pegadiza sesentera, la del toque arabesco dedicada a los fans y la pseudo Franz Ferdinand. En 'On My Way To Work', McCartney canturrea sobre sus años mozos pre-Beatles acompañado de unos cuantos punteos acústicos, temática que repite en 'Early Days', aunque en esta última los falsetes repartidos a lo largo de la canción le jueguen de vez en cuando una mala pasada. En el bando extremo del nuevo Paul vanguardista se alza 'Appreciate', una Picassada (para ser él) con un conglomerado de sonidos electrónicos y alguna guitarra por ahí suelta. Y en el palo intermedio, resaltar un par: 'I Can Bet' y 'Alligator'. La primera, una sorpresa que abre con un animado ritmo funky y con unos sintetizadores muy setenteros acompañando la guitarra, lo que parece un recordatorio a su etapa con Wings. Con 'Alligator' tengo un debate interno. No es una de sus mejores letras, sin embargo, me parece que es en esta canción donde más adapta a sus melodías clásicas los nuevos sonidos que ha querido incluir. Fondos electrónicos-espaciales para adornar los coros. Me está ganando conforme más la escucho.



Por otro lado, llama la atención la forma en la que Paul está promocionando el disco, como si fuera el protagonista de 'Hay una carta para ti'. Si unas semanas atrás actuaba por sorpresa en un colegio americano, hace poco se plantó como quien no quiere la cosa con un camión en medio de Times Square para improvisar un concierto. No acaban ahí las aventuras de Paul, porque hoy ha aterrizado en Covent Garden, en Londres, y ha tocado durante veinte minutos delante de los turistas que pasaban por ahí haciendo fotos a las estaciones de metro. Paul ha aprovechado la hora en la que los trabajadores de la zona tienen descanso para comer para aparecer encima del escenario, que más de uno se habrá atragantado con la lechuga del sándwich. Luego a ver cómo le explicas al jefe que llegas tarde porque Paul McCartney se ha pasado por ahí a saludar.  

25.9.13

De canciones y torsos

Eso de que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas no se aplica a Paul McCartney. No es que el ex-Beatle se haya desmelenado en un casino de la ciudad del pecado, acabando la noche cubierto de plumas color rosa y duchado con ron, sino que aprovechó el concierto del sábado pasado para hacer públicas dos nuevas canciones del disco que saldrá el mes que viene. Que se ve que el hombre no aguantaba más.

'Everybody Out There' y 'Save Us' han sido las elegidas, dando quizá una pista de los palos que va a tocar el disco. Después del single 'New', con una melodía más que pegadiza que fácilmente podría encajar en la etapa de los cuatro de Liverpool, 'Everybody Out There' empieza con un punteo arabesco que me encantaría ver interpretado por un sitar. Una pieza acústica que no tiene desperdicio y que aquí sigo escuchando desde que he descubierto el vídeo hace un rato. Por otra parte, 'Save Us' es como el grito de juventud de McCartney, metiendo un poco de rock por aquí y unas guitarras por allá. Por el tono y la forma del tema, no me extrañaría si lo viera en un setlist de, por ejemplo, Franz Ferdinand, vaya.




Vamos, que entre estos dos temas y otros dos nuevos vídeos para adornar el lanzamiento de 'New', Paul está que lo tira. No sé si será para contrarrestar las últimas fotos de Bruce Springsteen en las playas de Brasil, donde durante un descanso del Rock in Río, el Boss ha aprovechado para mostrar orgulloso a la cámara su torso bien trabajado. Luego me tomo mi frasco de pastillas y me recuerdo que tiene 64 años. Creo que después de esto no cabrá duda de que Springsteen desayuna piedras filosofales. O ladrillos.

20.9.13

A relaxing Springsteen

A pesar de llevar meses sin dejarme caer por aquí y de cambiar de blogger a wordpress y de wordpress a blogger hasta haberme planteado seriamente lanzar el ordenador por la ventana y entregarme al budismo tibetano, y a pesar de no haber comentado sobre el tema más que un triste tweet mendigando un fav, no voy a decir nada del relaxing cup de las olimpiadas ni de la intachable imagen que nos hemos ganado internacionalmente. Nada, salvo que Ana Botella debería haber contratado al mismo que le ha enseñado español a Springsteen. Se ve que desde el concierto en Madrid que dio el verano pasado, donde la chuleta con el discurso se veía desde las gradas, ha debido de dar un curso de CCC o algo por el estilo, porque se ha arrancado a versionar 'Sólo le pido a Dios', con unas cuantas frases antes incluidas. Podrá tener un cartel gigante detrás de la cámara o algo, pero a mí con leer así a final de curso mientras paso el prompter en clase de Televisión, me vale.



Por otra parte, últimamente he estado leyendo cosas como "El nuevo disco de los Beatles saldrá el 11 de noviembre". Y no, no es que me haya pegado tal fiesta que haya viajado atrás en el tiempo, sino que se va a lanzar la continuación del 'Live at the BBC' del grupo de Liverpool. Yoko Ono ya está pensando qué puede hacer para rascar pasta de algún lado. Por lo menos no es una reedición remasterizada con el cd del revés o alguna cosa nueva que se les ocurra ahora, que sólo falta que Paul McCartney se reedite a sí mismo. "Ahora habla en estéreo", anunciarían en NME. Y hablando de Paul, su álbum 'New' estará listo para el 14 de octubre, del cual ya dejó caer un single muy 'beatleiano' hace unas semanas. Ese es el disco que tanta inquietud había creado en los fans de la vieja escuela desde que McCartney dejó entrever que iba a "hacerlo más moderno". Como un padre con una gorra de rapero. De momento, yo sólo he escuchado el single unas 40 veces. 

1.5.13

La música y los medios, desde el jazz

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“¿Quién usa una rueda para aplastar una mariposa?”, desafiaba un titular del Times reviviendo a Alexander Pope una mañana de julio de 1967. El redactor jefe William Rees-Mogg dio por finalizada la lucha de la policía con The Rolling Stones y su influencia mediática permitió evitar la cárcel a Mick Jagger y Keith Richards, inculpados de manera excesiva por un delito que, de no haber sido cometido por los integrantes de un grupo de rock and roll que se reía en la cara de la autoridad, no habría tenido tanta importancia. Fue en una redada en Redlands, la casa que se compró Keith Richards y que pronto se convirtió en el cuartel general de todas sus fiestas. Alertados por el periódico sensacionalista News of the World, la policía, que tenía más ganas de pillar a los Stones que Candace a Phineas y Ferb, se presentó en mitad de una fiesta después de esperar a que se fuera George Harrison y se acusó a Mick Jagger de posesión de speed, el cual había comprado en Italia y era legal. Después de que a los Beatles les hubieran condecorado como Miembros de la Orden del Imperio Británico y se hubieran vuelto intocables, pillar a un Rolling Stone era el mayor trofeo que podría obtener un poli, solo que no habría estado tan bien visto si hubiera colgado la cabeza de Jagger encima de su chimenea. En cuanto a Keith Richards, y según sus propias palabras, el juicio se centró más en por qué Marianne Faithfull se encontraba en la fiesta envuelta en pieles y acabó un día en la cárcel por llamar "vejestorio" al juez.